lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Y qué si no quiero ser normal?

¿Para qué engañarlos? Es obvio que no tengo el más mínimo interés en adaptarme al medio, a la sociedad. ¿Para qué ser una más? Prefiero mil veces ser la inadaptada social con muchas patologías psicológicas, y ver las cosas desde otro punto de vista, que unirme al resto y ser ignorante o superficial.
Ojo, no digo que todos sean así, pero admiro y aprecio a la gente que, como yo, se cuestiona todo aunque no consiga respuestas más que las teorías formuladas por uno mismo.
Aprecio a la gente que prueba las distintas cosas sólo para entender, y saber de qué se trata. Sin discriminar, y sin temer.
Siendo espontáneos, y pasando límites (aunque volvamos luego a pisar tierra firme y segura). Experimentando los placeres más simples de la vida, amando el arte, la música, la naturaleza y la vida misma.
Deprimiéndonos de vez en cuando por ser tan sensibles y estar tan al tanto de los horrores de la vida y la historia del ser humano.
Y cuando nos entontramos con gente como nosotros, es inevitable sentir esa conección inmediata que se dá cuando se comparten los pensamientos, las ideas y las teorías filosóficas más personales de cada uno.


Enonces, ¿Para qué fingir? ¿Pará qué intentar encajar?
Así qué, aquí estoy: prefiriendo una vez más mi infierno mental a éste limbo social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario