Capítulo Uno
EL LLAMADO
_ ¡Tomy! Acabo de hablar con Nana, estará llegando en una hora...
_ Bueno má, yo ya acomodé todo acá arriba.
_ Bien hijo. Ahora bajá que te hago un rico té.
_ ¡Ya voy!
_ ¡Tomy! Dale hijo, te estoy esperando.
_ ¡Ya voy!
Miró la pestaña, pidió un deseo, y la sopló por la ventana.
_ ¡Estoy yendo!
Faltaba una semana para el cumpleaños de Tomás, y su madre organizaba una pequeña reunión para festejar. Su abuela llegaría dentro de una hora y su madre estaba ordenando el cuarto de Tomás para que se quedara ahí hasta la próxima semana. Él dormiría en el ático, a él le gustaba el lugar. Por la ventana se podía ver todo el bosque de los Mil Sauces.
_ ¡Tomy! Acabo de hablar con Nana, estará llegando en una hora...
_ Bueno má, yo ya acomodé todo acá arriba.
_ Bien hijo. Ahora bajá que te hago un rico té.
_ ¡Ya voy!
Tomás abrió la ventana y miró hacia el bosque. Los árboles se movían al son del viento. Tomás juraba escucharlos cantar.
El viento le hizo picar los ojos, y mientras cerraba la ventana, notó una pestaña en su dedo índice.
El viento le hizo picar los ojos, y mientras cerraba la ventana, notó una pestaña en su dedo índice.
_ ¡Tomy! Dale hijo, te estoy esperando.
_ ¡Ya voy!
Miró la pestaña, pidió un deseo, y la sopló por la ventana.
_ ¡Estoy yendo!
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