No creo en la seguridad de los números, y me pierdo apasionadamente en la ambigüedad de las letras.
No creo en la exactitud, ni en la verdad absoluta. Creo que no hay seguridades, y que nadie sabe la verdad. Creo que siempre hay más por saber, de lo que no deberíamos.
Creo que, todo éste tiempo, la humanidad se perdió en un torbellino de ideas y pensamientos que lo llevaron siempre a comer del fruto del árbol del conocimiento, olvidando el de la vida.
Creo que estamos buscando en el lugar incorrecto, las cosas incorrectas. No lo necesario, sino lo que haría más cómoda nuestra estadía en el planeta.
Todo me cuestiono, entonces, en el espíritu de descubrir mi propio camino dadas mis propias creencias.
Después de todo, cada uno es el dueño de su propio mundo. Cada hombre se forma a sí mismo después de obtener las bases en su crianza.
Y yo soy las palabras, y no los números. Soy espíritu encarnado en busca del árbol de la vida.
No estoy segura de que dos más dos sea de hecho cuatro. Pues ¿qué más es “dos” para mi que una palabra? Tres letras sumadas, o un simple garabato que cuando chica usaba para dibujar cisnes: 2
Un número, pero ¿qué significa?
Dos unidades... ¿de qué?
Dos caramelos, mas dos caramelos, son cuatro caramelos.
Pero si al número que conocemos como dos, lo llamáramos tres. Tres caramelos, más tres caramelos... seguirían siendo cuatro.
Por lo tanto, hoy, para mi: Tres más tres es cuatro. Y el dos es un boceto conceptual de un cisne.
Pd: Hoy pienso así, pero mañana podría llegar a cuestionar la existencia de los caramelos.
Pd2: Insisto, no creo en la verdad absoluta.
No creo en la exactitud, ni en la verdad absoluta. Creo que no hay seguridades, y que nadie sabe la verdad. Creo que siempre hay más por saber, de lo que no deberíamos.
Creo que, todo éste tiempo, la humanidad se perdió en un torbellino de ideas y pensamientos que lo llevaron siempre a comer del fruto del árbol del conocimiento, olvidando el de la vida.
Creo que estamos buscando en el lugar incorrecto, las cosas incorrectas. No lo necesario, sino lo que haría más cómoda nuestra estadía en el planeta.
Todo me cuestiono, entonces, en el espíritu de descubrir mi propio camino dadas mis propias creencias.
Después de todo, cada uno es el dueño de su propio mundo. Cada hombre se forma a sí mismo después de obtener las bases en su crianza.
Y yo soy las palabras, y no los números. Soy espíritu encarnado en busca del árbol de la vida.
No estoy segura de que dos más dos sea de hecho cuatro. Pues ¿qué más es “dos” para mi que una palabra? Tres letras sumadas, o un simple garabato que cuando chica usaba para dibujar cisnes: 2
Un número, pero ¿qué significa?
Dos unidades... ¿de qué?
Dos caramelos, mas dos caramelos, son cuatro caramelos.
Pero si al número que conocemos como dos, lo llamáramos tres. Tres caramelos, más tres caramelos... seguirían siendo cuatro.
Por lo tanto, hoy, para mi: Tres más tres es cuatro. Y el dos es un boceto conceptual de un cisne.
Pd: Hoy pienso así, pero mañana podría llegar a cuestionar la existencia de los caramelos.
Pd2: Insisto, no creo en la verdad absoluta.
entiendo tu punto de vista y voy expresar una opinion contraria o no (depende de como lo mires), una parte de mi esta de acuerdo con vos y otra no... o en realidad tengo dos posibles verdades "abolutas" para mi...
ResponderEliminarsupongo que en el algun punto el orden es necesario... y hacen falta los numeros... por ej sin ellos, tu ahora no podrias tener un blog donde expresarte y yo no podria por estar firmandote jeje
nose quizas el equilibrio entre las palabras y los numeros sea lo mas conveniente...
yo creo que soy palabras y numeros...me gustan ambos y trato de sacar lo mejor de los dos... pero si tengo q elegir me quedo con las palabras....
pd: me gusto conocer al a chica palabras por blog!! jajaja
besooooooooooo
aaaaaaaaaaa sooyy aniiiiiiiiiiiiiiiii la del balcon de la locuraaaa jaja
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