miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pedí un deseo, dos... Tres.

Desde siempre sueño lo mismo. Busco lo mismo. Cada vez que paso bajo un puente y pasa el tren, cada vez que alguien pierde una pestaña, cada nudo de la pulsera de hilo encerado, cada estrella fugaz. Tres veces en mis cumpleaños, y millones de monedas a la fuente... Cada vez que deseo, lo hago igual. Es que tengo un único deseo universal. Dejé un pucho al revés y me lo fumé último, tiré la sal sobre mi hombro izquierdo, di una vuelta a la silla, me puse la remera del lado de adentro... Merde!

Se dice que contar tu deseo evita que se cumpla. Quién lo dice no sé, pero de todas formas, no quisiera tentar al destino.

Mis deseos son parte de mi sueño, y mi sueño es claro. Experimenté muchas cosas a lo largo de mi vida, que muy larga no es, en una constante búsqueda. Necesitaba encontrar algo... No sabía si era una sensación exorbitante, un sentimiento super intenso, un hábitat personalizado, un éxito financiero, una expectativa superada, una aventura inolvidable, una pelea hasta el cansancio, una montaña escalada, un alma gemela... Un respiro. Y aún después de haber mencionado esas cosas que mencioné, sé que quedan millones por mencionar. Infinitas combinaciones de algo que de significado a una vida. De algo que valga la pena buscar.

Es el día de hoy que puedo ver las cosas con mas claridad. Hoy no busco una verdad absoluta e irrefutable. No pruebo todo lo que me intrigue sólo por saber cómo es, qué te hace sentir, qué significa, cómo repercute y de qué sirve. No vivo saltando del blanco al negro, sino caminando sobre la paleta de colores (dejando huellas de arcoiris). Ya no juego al todo o nada, double or nothing. All in. Entendí que carpe diem no significa que borres tu pasado e ignores tu futuro, sino que vivas cada día apreciándolo por lo que es: único.

Ésto va más allá de cuán fuertes puedan llegar a ser mis emociones. De buscar el límite y vagar por la línea, ida y vuelta, por necesidad o por adicción a la adrenalina. Va más allá de la tragicomedia que fue mi vida. Creyendo así que la intensidad del momento (sea para bien o para mal) tiene que ser al máximo, cosa que haría que ese tiempo haya valido la pena. Que cuente, que importe, que permanezca en la memoria como un tatuaje emocional... Tengo demasiadas cosas que podría decir sobre el tema, tantas que no sé dónde empezar.

El punto es, que logré lo que estaba necesitando. Gran parte de mi deseo universal: Paz, amor, y armonía. Equilibrio. De repente, todo es calmo. El viento cesó, adiós tornado. La primavera hace su aparición para prevalecer sobre el frío del invierno y el volcán está inactivo.

Admito, no fue nada fácil llegar hasta acá. Tampoco lo es acostumbrarse. Adaptarte a la vida intermedia. Al sonambulismo. A dejarse llevar por la corriente. A estar farmacológicamente controlado. Domesticado. Pero aunque todo esto suene triste, para los que fueron y son como yo lo fui y soy, es para bien. Es ésta la próxima etapa de la vida, el siguiente nivel. Es ésta la etapa en la que se puede observar el pasado, analizarlo, reciclarlo, y así organizar tus ideas en base a ello. Es el momento perfecto para poner tus deseos en marcha y guiarlos hacia tus sueños. Da entonces conmigo el primer paso, seguime al segundo. Mirá que bueno está el tercero, que interesante el cuarto ¿Qué habrá en el quinto?

Entre tantas cosas que rondan por mi mente, éstas tomaron el control hoy. Éstas simples palabras sobre experiencias vividas, deseos rogados y sueños fenomenales... En realidad lo que quería decir en un principio, es que el amor hace que todo funcione. Que la vida valga la pena y que la magia vuelva montada en un dragón.

El amor es la batería que mantiene a mi cuerpo, la vida en mi palpitar, el sentimiento de mi alma, la verdad en mí. Lo más puro de éste mundo... Gracias a él hoy hay orden. Hay fé, hay planes, hay proyectos y hay, al fin, futuro. Más importante aún: hay fuerza y ganas de evolucionar. De aprovechar al máximo mi potencial para ser la mejor persona posible.

Continuará.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Último Pucho

Me siento en ésta computadora todos los días a mirar alguna hoja vacía para rellenar. No siempre tengo algo que decir, o no siempre sé cómo decirlo. Sin embargo, hay algo en mí que necesita salir. Salir de mi mente, de mi cuerpo. Tal vez pienso con mis dedos en el teclado. O simplemente no tengo sentido. Sigo desesperando a pesar de la medicación. Ahora no sólo por la magia perdida, sino también por la libertad condicionada. Sigo desesperando. Va más allá de terapia, más allá de la religión, más allá de todo lo que creo saber. Tan lejos está que no puedo reconocerlo, identificarlo, transmitirlo. Me canso de las metáforas a veces, siento que la poesía carece de utilidad. Pero mi ser quema por dentro. Arde. No sé si está en mi espíritu, en mi mente o en mi cuerpo. No sé por qué está ni qué quiere. No sé el propósito. Esa búsqueda de la verdad que sabe que no hay verdad. Que cada uno tiene su verdad. Cada uno tiene su verdad... Desespero.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Campamento de Locura

Tengo que aprender a convivir con mi mente, ya no lo puedo aplazar.
No solo un monopolio de intensas sensaciones protagonizar.

En un Campamento de Locura,
los participantes se ven atrapados.

Muchos temen ser normalizados,
otros absorben sensaciones
de los problemas avanzados.

Las reglas de comportamiento son claras: No hagan NADA sin nuestra autorización. No corran, no salten... No rían sin razón ni vivan con pasión. No piensen en sus cabezas, compártanlo. No apoyen los pies en las mesas, supérenlo. No expresen su desesperación, pero no censuren su expresión. No se permiten cinturones, espejos ni cordones. No se junten de a montones, no busquen sus reflejos, ni escuchen las razones.

Piel de gallina para los atrevidos, los saltarines, los potenciados, los intensamente arriesgados. Pesadilla de soñadores, cárcel de creadores: Acércate joven, tengo algo para ti. Es una correa y una cadena, para que te parezcas más a mí.

_ Míralo a él, es ordenado, es responsable.
_ Llama entonces a mi abogado, no me interesa lo razonable.
_ Mírala a ella, es cauta, es imitable.
_ No me rijo por esa pauta, me parece reprochable.
_ Míralos, son normales, son productivos.
_ Nosotros somos animales, salvajemente adictivos.

Dice el espíritu de alguno que pelea contra el Sistema Penitenciario de Mentes Extrañas. Dentro del Campamento de Locura, las reglas son claras. Tu mente es una masa y ellos son moldeadores. Si tu mente es de mármol, ellos son los talladores. Tu mente es entonces, un lienzo ya borrado. Ellos son los nuevos pintores.

Todo tipo de personajes te podés encontrar en una reunión de éstas, más allá de lo peculiar que serían sus fiestas. Una tragicomedia tras otra... Historias. Otro camino recorrido... Memorias.

Ellos son diferentes, sin duda esenciales. Ellos se pierden en sus mentes, claramente especiales. Se juntan, se entienden. Preguntan, comprenden. No son discapacitados sociales, ni psicóticos mundiales. No son resucitados joviales ni espíritus amorales. Sobreviven, imaginan. Ustedes miren, culminan. Sin duda no son jóvenes normales. Se destacan por sus instintos animales, y por por sus sueños descomunales.

Entonces se hace el fogón, cada uno lleva su ramita. Algunos algo de cartón, o tal vez alguna curita. Se queman diarios íntimos, y pensamientos ínfimos. Se queman ideas suicidas, algún roto salvavidas, y el viejo paracaídas. Arden los demonios, los fallidos matrimonios, los viejos patrimonios, y los explayados testimonios. Arden las voces y los roces. Arde el silencio tragado, el llanto aguantado, el límite ignorado, y el cuerpo desalmado. Arden viejas fantasías, algunas travesías, falsas profecías, y la espera del Mesías. Todo quema, todo arde. No te aflijas, nunca es tarde. Los chicos soplan, potencian el viento. Las risas acoplan y yo no miento. El fuego va creciendo, los chicos viviendo. Entre ellos la verdad se esconde, tan profundo que no saben dónde. Mírense a los ojos gente peculiar. Libérense de los despojos, empiecen a pelear. Olvídense del campamento, lo peor ya pasó. Vivan el momento, el ruiseñor ya cantó.

jueves, 12 de agosto de 2010

El Grito del Viento

Susurraba en un principio, apenas movía las hojas que silenciosamente bailaban por la calle Larrea. Encerrados un edificio, los locos se reían sin razón comprensible para la sociedad dado su status. Fumaban un cigarrillo tras otro en un espacio cerrado, y hablaban de sus respectivas mentes perturbadas. Metafórica, o tal vez subliminalmente, se mencionaban las bifurcaciones entre lo que quieren que sean y lo que verdaderamente son. Se hablaba del arte, en cualquiera de sus formas, cómo un factor determinante en la mentalidad de algunos. La inspiración en los espacios grises era casi nula, tanto que alguno de ellos no tuvo mejor idea que escribir sobre las hojas en blanco, y la nada. Se mencionaron también cosas cómo el aburrimiento que causa la cotidianidad, lo rutinario, y lo previsto. Lo difícil que es reconocer tus estados anímicos estando estabilizado, sobretodo con medicación. En sus tiempos de libertad, antes de sus respectivas internaciones en clínicas psiquiátricas, ellos vivían a flor de piel. Sus emociones regían, y como protagonistas sensibles del ser, eran extremistas y cambiantes. Tranquilamente, o vertiginosamente, se balanceaban en la línea que separaba al bien del mal. Caminaban lentamente por las vías de la estación, mirando a su alrededor las maravillas de la vida, parando en todas las estaciones anímicas habidas y por haber. Se preguntaban todo sin aceptar las verdades que otros impusieron. Tampoco aceptaban las reglas del juego que nunca aceptaron jugar. Ellos tenían sus propios principios, sus propios valores, sus propias ideas y hacían sus propios caminos mientras los recorrían. Paraban algunos seriamente ante las bifurcaciones, a pensar cuál camino sería mejor, o si podrían ir por uno y volver atrás para pasar por el otro. Los demás se negaban a pensar en esas mismas situaciones, y actuaban por instinto. Puro instinto animal. Una joven que pertenecía al grupo de los perdidos, pensaba lo siguiente: Muchos años de su vida habían pasado dejando que su espíritu corra libremente por dónde sea que quiera. Lo había dejado batallar con su mente, a punto tal que sólo él tomaba las decisiones. Se había complotado con el mencionado instinto animal, y habían amordazado a su razón. Era aquél, el espíritu aventurero, quién detestaba la estabilidad. Era él quién ahora la tenía tan confundida. Efecto colateral si los hay. En ese tiempo buscaba el equilibrio, pero sin soportar la rutina. Quería paz, pero se alimentaba de los cambios drásticos. Tenía un cóctel diario de sensaciones preferidas, entre ellas estaba por supuesto, la aventura, un poco de acción y suspenso, algo de terror para mantenerlo interesante, una gran dosis de adrenalina, y todo esto “on the rocks” con una pizca de olvido. La joven optó por ese camino y adoptó esa forma de vida. Eso hizo que se mantuviera en pie por años. Gracias al valor de su espíritu, su cuerpo sobrevivió mientras caminaba sobre brazas hirviendo que provenían del infierno de las agonías del pasado. Por eso ella le seguía agradeciendo, a pesar de las secuelas que aquél viaje le dejó. No le guarda ningún rencor, ni lo culpa por haber actuado cómo lo hizo, dadas las circunstancias en las que ella se encontraba. Ahora, en aquél cuarto cerrado lleno de humo (manejado por alguna psicóloga) se encontraba entre gente afín, hablando de cosas cómo ésta, en el fondo del fondo de las palabras que mencionaba. Entre ellos se entendían. Los renegados, los rebeldes, los perdidos, los confundidos, los diferentes, los náufragos a la deriva. Discutían entonces sobre la vida en el espacio gris, y las sensaciones que éste les generaba. Repito entonces, la inspiración parecía ser casi nula ¿Cómo pintar, escribir o componer si no hay algún suceso que rompa con lo cotidiano? Muchos se preguntaban dónde estaría la felicidad escondida en ésta meseta donde se los había ubicado. La psicóloga hablaba, pero los locos hablaban entre sí. Sin saberlo, encerrados entre cuatro paredes y debajo de una gran nube de humo, afuera el tiempo revolucionaba las calles. El viento parecía tratar de denunciar algo, quería ser escuchado. Quería que lo sientan y recuerden el poder que tiene. Mientras tanto los chicos comían chupetines, y alguno que otro, un caramelo. Entonces se presentó ante ellos un momento de recreación. Era hora de ver una película, Amelie. Estaban todos concentrados, alguna risa de repente, algún comentario de alguno que no entendía lo que estaba pasando, y otros en el cuarto del fondo jugando a la Generala. Dentro de todo, entre el francés de fondo y el excelente apoyo musical de la película, había silencio. Hasta que un sonido casi desconocido irrumpe en el salón. Era un susurro que gradualmente iba subiendo el tono hasta asemejarse a un fuerte silbido, un canto de cuna, o un grito de enojo. Era constante pero cambiante. Era sin duda especial. Era el viento que quería hacer su acto de presencia para que ellos volvieran a despertar. Todos lo notaron. Llegó el fin, eran casi las 7 de la tarde de aquél mes de Agosto, y el grupo terapéutico del Hospital de Día se preparaba para salir. Agarraron sus respectivos abrigos, algunas bufandas algunos pañuelos, y comenzaron a caminar por aquél pasillo que ya era familiar, hasta las escaleras de emergencias que ellos habitualmente usaban. En el afuera, el viento rugía con fuerza. Las hojas de los árboles ya no bailaban, sino que volaban despavoridas ante la furia que éste demostraba. El agua de alguna lluvia de algún momento, temblaba de frío y de temor. Ellos salieron del gran portón de vidrio, ya habiendo descargado, ya un poco más livianos. Alguno se puso los auriculares y comenzó a caminar hacia el colectivo, otras se propusieron a seguir su camino a pie luchando contra el viento, mientras algunos esperaban allí, absorbiendo. Aquella joven que yo alguna vez conocí, se alejó del refugio que la entrada al edificio le ofrecía, y enfrentó a la iracunda fuerza de la naturaleza. El sonido que ésta producía le llamaba. Sus ojos lloraban tal vez, un poco, dada la potencia del enfrentamiento y las pequeñas moléculas de suciedad o polvo que el mismo le enviaba. Su tapado revoloteaba hacia la dirección que la furiosa brisa señalaba, y ella mantenía su postura de ponérsele en contra ¿Qué pasa cuando una fuerza indetenible se encuentra con un objeto inmovible? Siempre supo la pregunta, pero nunca la respuesta. Ella estaba feliz de haber podido mantener una mariposa sobre su mano en algún momento de ese día, y no tenía ganas de pensar en mucho más. A toda ésta batalla, ella concluyó con un simplemente ingenuo y soñador: Estoy volando.

lunes, 9 de agosto de 2010

El Silencio de las Hojas

Estoy rodeada de hojas en silencio. Todo es blanco, sin un punto ni una coma. Sin vocales y sin consonantes. Es un vacío que me molesta. La nada me llama, me canta. Me dice que ponga en ella ese algo que la haría alguien. Mientras, yo veo en el papel millones de combinaciones diferentes. En mi cabeza todo se desubica en un tornado de ideas. Por el laberinto se esconden las palabras adecuadas, y en el fondo del pantano se encuentra la sabiduría del inculto. Hay rimas sobre el puente colgante del abismo de los impulsos. Hay un personaje principal, que perduraría post mortem, encerrado en un calabozo de acero bajo la tierra de la inseguridad. Hay impotencia, una y otra vez se repite en coro: Impotencia... Impotencia... Impotencia... En la nada llena de vacío y silencio, todo lo que no es, suena con Eco. Me molesta, me irrita. Me llama, me grita. Me da bronca no poder satisfacerlo. No poder ayudarlo a ser quién debe ser. Me desespera no poder encontrar lo que entre el blanco completo se esconde. Entonces me vuelven a llamar con su canto silencioso, y su mirada ciega... Dan vuelta mi cara hipnotizando mis ojos. Me dicen que no me distraiga. Me dicen que el vacío no es cierto. Me cantan... Que la nada será algo, cuando mis manos la moldeen. Es un principio, no puede ser peor. Es un fin para comenzar. Es un sueño en potencia... En potencia... Potencia... Potencia...

lunes, 12 de julio de 2010

Intervalo - Saludo a la Mariposa

Esto es lo que alucina mi corazón eufórico,
que sigue siendo leal.

Esto es ficción y así también algo metafórico,
que sin duda no es real.

No siempre tiene que ser lo más coherente,
ni algo racional.

Tal vez podría ser que simplemente,
es algo pasional.

Diría que fue un día cualquiera pero mentiría,
uno especial sin duda.

A mi lado se posó una mariposa (que volvería)
y simplemente quedé muda.

Nunca me habían llamado tanto la atención,
hasta ese día.

Porque esos colores llevaban tanta pasión,
que deseé que fuera mía.

Ninguna palabra describiría tal mariposa,
ni sus alas.

No me atrevería a decir cualquier cosa,
ni letras malas.

Así termina la historia que comienza,
que fluye.

Así descansa la mente que piensa,
y así huye.

Santa Rosa, Vol. 7 - 23/06/010 (Seis semanas)

Las nubes grises y condensadas, como si pesaran, huyen en manada guiadas por el viento a un lugar mejor. Rápido viajan, apuradas. Parecen ya cansadas de Santa Rosa... Al fin.

Alfonsito pregunta si estamos volando: Ojalá, le respondo.

Ahora se tranquilizaron, y más lentamente pasan sobre nuestras cabezas. Deben estar pensando si atacar; o si dejarnos en paz porque ya sufrimos demasiado.

Entonces se hace la noche, y se tornan de un color rosa-violacio. Aún visibles, como un manto volátil que esconde la luna. De repente por su movimiento, se puede vislumbrar la luz que la última emana, aún sin mostrar su forma imperfectamente circular.

Ninguna estrella a la vista, los navegantes nos encontramos viajando a ciegas. Dando vueltas y vagando siempre por el mismo lugar.

Estamos cansados, necesitamos saber a dónde vamos. Necesitamos que ese manto se disperse, para recuperar el mapa de estrellas que nos mostraría el camino. Necesitamos saber hacia dónde ir para llegar a nuestro destino.

Con los ojos entreabiertos y bolsas sutiles bajo ellos, recordamos que siempre que llovió paró. Recuperamos entonces nuestra esperanza, y con la frente en alto nos disponemos a seguir adelante sin darnos por vencido. Sabiendo que las nubes eventualmente se mudarán, y nuestro rumbo se verá alumbrado por el sol. Las estrellas esa noche brillarán, y tranquilos podremos dormir, esperando un nuevo día.

Entonces reiremos, y más fuertes que antes andaremos. Vagando por la vida pero ahora con sentido.
Ahora con fé; ahora con rumbo.

Recordaremos aquél día nublado, y con el semblante reflexivo pensaremos en lo aprendido:

Los obstáculos siempre estarán, los preblemas aún se presentarán. Pero nada es definitivo, y cuando una puerta se cierra, dos (más una ventana) se abren.

Santa Rosa, Vol. 6 - 22/06/010

Las palabras no fluyen, no cierran. Es un síntoma común.

Los escritores se impacientan, confundidos ante la impotencia de no poder transmitir el mensaje como se debe. Aquellas letras que ordenadas conforman una descripción, un sentimiento, o tan sólo un detalle.

¿Dónde se escondieron las palabras?
¿Quién ahogó nuestra inspiración?
¿Qué debilitó nuestra creatividad?

Hay demasiado para contar en convivencia con los locos. Con los perdidos. Con los renegados y los desesperanzados. Son personajes complejos, interesantes. Son amigos, iguales aunque diferentes.

Hay tensión, energías mixtas y enredadas que pasan del uno al otro, con distinta intensidad, y desde diferentes puntos de vista.

Hay miles de problemas encerrados en la misma burbuja, conviviendo unos sobre otros, hablados y ocultos.

Hay peligro más allá de la seguridad, hay tristeza más allá de la alegría, y hay odio más allá del amor.

Todo contrasta. Perdimos el libre albedrío, ya no podemos elegir. Somos manejados por extraños, que ya son conocidos. Sómos títeres con libertad sólo en la mente, y en el papel.

Claro que ésto es la repercusión de nuestros actos, de nuestras malas y autodestructivas desiciones.

La reacción de nuestras acciones.

Es el precio que tenemos que pagar, y el camino a nuestra salvación. Algo que puede ser tomado cómo un castigo, o una mano tendida. Un obstáculo en el camino, o el camino entre los obstáculos. Es un partido de ajedréz incompleto; o uno de truco con la copa de cigarrillos perdida entre los "censurados" que guardan las enfermeras.

Hay desconfianza de parte de las autoridades para/con los convictos... Es decir, pacientes. Hay nervios y exámenes. Positivo o negativo: una de dos. La exoneración o el castigo. Un tema que se interpone entre uno y su salida, su liberación.

Una montaña de rocas frente a la salida de emergencias. Una poesía sin rimas ni métrica.

Santa Rosa, Vol. 5 - 05/06/010

A aquella persona que llora sin parar
por aquello que no puede casi explicar.

Debe entender que todo pronto va a pasar
y que sólo debe cambiar su forma de pensar.


A aquella persona que sólo quiere lejos correr
y de todos sus problemas, simplemente esconder.

Debe animarse a abrir su mente, y con ello aprender,
que ésto no castigo, y bien aprovechado te hará crecer.


A aquella persona que ya olvidó lo que es reir,
y ahora sólo piensa en muchas formas de morir.

Debe levantarse y ver la belleza de lo que es vivir,
y que llegó el momento de la oscuridad partir.

Santa Rosa, Vol. 4 - 04/06/010

Llegó el momento al fin de aceptar
que los superhéroes existen sólo en la ficción,
y que en la vida hay que saber acatar
las impotencias que surgen de la ilusión.

No a todo el mundo se puede ayudar,
hay que aprender a controlar la emoción.
Sabiendo que el hombre es capáz de matar
y algún confiable amor, de romperte el corazón.

Tal vez de tu cómodo habitat te pueden mudar,
tal vez se desordenen tus ideas y te traicione la razón.
Tal vez, de repente, pierdas las ganas de jugar,
o hasta de escuchar esa hermosa canción.

(Frustrada por alguna loca que se me perdió por ahí)

Santa Rosa, Vol. 3 - 02/06/010

Cuando uno se siente derrotado,
de brazos y piernas amarrado.
Cuando uno se siente perdido,
aún después de haber combatido.

Cuando tu entorno se vuelve pesado,
y te sentís cada día más cansado.

Cuando las cosas se estancan, y allí la frustración
logra tomar protagónico de toda emoción...
Ese es el momento en el que hay que tomar acción.

Ahí cuándo nada parece tener sentido,
y cuestionás todo aquello que has vivído.
Los caminos se bifurcan y dudás del elegido,
no te rindas pues aún no estás vencido.

Aquél que juega con fuego arriezga ser quemado,
y el que juega con cariño logra ser amado...

Santa Rosa, Vol. 2 - 01/06/010

Anoche mi sueño fue asaltado por una gran varieda de ideas. Con los ojos abiertos y la mente más aún, buscaba la forma de describir un sentimiento. Angustia tal vez, amor... ¿Felicidad?

Entre palabras que volaban por mi mente tratando de ser oraciones, concluí con que era imposible.

Un buen escritor puede pasar horas entre letras para encontrar esa "perfecta palabra", que pueda rozar aquél sentimiento, seguido de más como ella. Así, tal vez, crear un párrafo que explique alguna sensación. Pero no es lo mismo plasmarla que sentirla. No es tan simple envíar un mensaje, si no hay un receptor preparado para aceptarlo. Más difícil aún cuando de sentimientos se trata.

Concluí también que la forma más cercana a poder transmitir un sentimiento, es por medio de la poesía... La metáfora:

Aquellos momentos negros,
cuando el encapuchado te habla al oído.
Sin piedad suelta sus perros,
y por tu mente pasan los recuerdos de lo vivído.

Aquellos momentos de oscuridad,
cuando La Parca te llama con su canto.
Ya olvidando lo que era la felicidad,
te sometes a aquél que conlleva el espanto.

Son aquellos momentos de depresión
en los que traicionados por nuestra razón,
entregamos sin fuerzas nuestro cansado corazón.

Pero un verdadero guerrero luminoso,
tendrá la capacidad de darse la vuelta.
El encapuchado seguirá peleando, caprichoso,
sin saber que tu esperanza no está muerta.

Entonces contra la oscuridad lucharás,
no será fácil, sino algo parecido al imposible.
Pero al fin con fe y tenacidad prevalecerás,
y aquello que no creías se tornará posible.

No te rindas aún guerrera, que bien sabes de las maravillas de la vida.
Que la luz de una simple vela ilumina aquél cuarto que es sombrío.
Aprende de tus errores, estuviste en peligro y es hora de ser precavida.
Y cuando él tome con su fría mano tu brazo, libérate y dile: Éste brazo es mío.

Dile al Rey de las Tinieblas que tu puedes contra él, pues tienes valor.
Él responderá con furor y lleno de enojo, pues le gusta controlar tu poder.
Respóndele con firmeza pues tu arma es más poderosa que la suya: El amor.
Entonces sonríele desafiante y valerosa, con ese comienzo no puedes perder.

Santa Rosa, Vol. 1 - 30/05/010

Es un laberinto exhaustivo lleno de sentimientos de angustia y locura, fluyendo cual olas frías que golpean el alma de uno.

Es lo necesario por un lado, y lo increíblemente doloroso por el otro.

Es un proceso que con alas atadas tendrás que superar, es una o dos lágrimas que se niegan a brotar.

Son las historias de una vida llena de cicatrices que nunca pudieron sanar, porque como un valiente guerrero seguiste adelante, sin tiempo para remendar.

Es un nudo en la garganta perpetuo, imposile de relajar.

No siempre está ahí, a veces es reemplazado por algunos brotes de risa... Que uno desea se mantengan en el tiempo, y los busca en su memoria cuando no los encuentra en el presente.

Como cualquier cuasi-artista, o aspirante a tal, estoy enamorada de la vida.
Soy hija de la Tierra, más allá del color de alguna bandera, y me siento feliz de poder disfrutar de los regalos que ésta nos otorga.

Agradezco cada amanecer y me emociono viendo cuando el sol de vuelve a guardar. Mis ojos anonadados observan las nubes que, cual pinceladas blancas, se camuflan con el celeste del día... Y en mi cara se dibuja una sonrisa de niña.

Amo a la luna en todos sus momentos, aunque viéndola llena siento como su energía, antigua y sabia, me llena. Las estrellas atestiguan el momento y, alguna risa de aquél principito, amerita una mención.

El sol y el agua dan vida, dos seres pueden crear a uno completamente nuevo, y un buen libro puede llegar al corazón de millones de extraños al rededor del planeta.

Pero me pierdo en mi mente, tantos caminos por recorrer... ¿Cómo saber cuál es el correcto? ¿Es a prueba y error?

Ya entendí lo de: Acción y Reacción. A no tropezarme dos veces con la misma piedra, ni tres... Me digo. Pensé que podía huír de ciertas cosas, "Carpe Diem" escribí por todos lados. Aventuras, adrenalina... Evasión. No al pre-juicio, sí al juicio con conocimiento de causa.

Pero la curiosidad mató al gato... Suerte que todavía me quedan algunas vidas.

Ahora se viene el cambio. No espiritual ni escencial, sino conductual. No al impulso peligroso por no valorar mi propia vida, ni al riezgo sin sentido dejándo las decisiones más importantes al azar.

Ya no más el: No me importa morir hoy, mientras haya experimentado lo máximo que pude en el tiempo que tuve. Mientras esté dejando un mensaje, o mi huella. Del error aprendí, ya sé que con ciertas cosas no se juega. Especialmente con la mente frágil de alguien tan perdido como yo lo estaba. Sin medir las consecuencias.

Quisiera por una vez, tener mi mente tranquila... Calma.
Dejar de preguntarme tantas cosas y preocuparme por vivir.

(...) Bueno, dejaré a las partillas cumplir su trabajo (zzZ)

Internación

Me lamento de haber abandonado éste espacio de reflección que siempre estuvo aquí para mí. Me disculpo a las palabras que me vi obligada a dejar de lado en éste tiempo de crisis psíquica. Pido perdón a quién haya seguido mis escritos a lo largo de éste tiempo, por desaparecer, por ignorar mis propios deseos de comunicarme. Aunque sea conmigo misma. En fin, me disculpo conmigo, por no dejarme el mensaje. Por no fijar los hechos para así aprender.

Es el día de hoy, después de 7 semanas (49 días) de internación en Santa Rosa, y casi 2 semanas de Hospital de Día en el PROSAM (pronosticados 2 meses), que me propongo a pasar algunos escritos de éste tiempo...

Para ponerme al día, y así seguir para adelante, evolucionando ante mis propios ojos.

Algunos datos:

Me internaron el 13/05/010,
me dieron el alta el 30/06/010.

Empecé en el PROSAM el 01/07/010.

martes, 27 de abril de 2010

Y el diagnostico Doc?


Mi psicóloga me lo explicó asi (mas o menos):

Las situaciones X son esas que dejan una marca, traumas podrían ser. Situaciones límite.

Cuando éstas situaciones aparecen, ciertos síntomas salen a flote. Ej: Llanto. Pero bueno, uno tiene que seguir adelante, la vida no se detiene.

Entonces ignoramos estos primeros y por ahora pequeños síntomas, haciendo que nuestro psiquismo colapse ante la acumulación de "Situaciones X" que dejamos pasar sin analizar, estudiar, enteramente comprender ni aceptar.

Ésto hace que nuestro Set Cognitivo cambie. Ej: antes, abríamos el cajón de nuestra mesita de luz, y encontrábamos una foto de algún verano con algunos amigos. Esa imagen conduce a algún pesamiento, y ello a una emoción. Después, guardamos de nuevo esa foto en la mesita de luz y... A otra cosa mariposa.

Cuando nuestro Psiquismo ya colapsó, todo esto se torna negativo, y actúa en el consciente (imágenes, pensamientos y emociones) y en el inconsciente (sueños, etc).

Ahí, otra vez, creamos una barrera de mecanismos de defensa para seguir adelante.

Los síntomas: Angustia.
- Llanto
- Baja autoestima / Bajas excpectativas
- Desconcentración
- Alteraciones en el sueño:
a) Imposible de conciliar
b) Imposible de mantener
c) Hipersomnia (exceso de sueño o somnolencia)
d) Pesadillas
e) Sueños repetidos.
- Alteraciones en la alimentación (sin llegar a ser transtornos):
a) Olvidarte de comer, o comer menos.
b) Comer todo el tiempo.
- Cambios bruscos en el estado anímico
- Irritabilidad
- Desgano

Si ignoramos todos estos síntomas que se presentaron a partir de aquellas situaciones X, y se acumulan con el tiempo... Traspasan la barrera de Mecanismos de Defensa los síntomas ya mucho más pronunciados, o un nuevo síntoma gestado de la mezcla de los anteriores.

La solución estaría en llevar todas esas flechas para atrás, llegar así a las Situaciones X y trabajar desde allí en aceptarlas, comprenderlas y asimilarlas... Desatando así los primeros nudos de la linea de nuestras vidas.

martes, 16 de marzo de 2010

miércoles, 10 de marzo de 2010

Half Chance

It was going so well until I got stuck,
my second voice always ready to attack.

Why play pocker if you know she's got the Jack?
I should've remembered to watch my back.


One path has it's way; and the other has another one.
The present becomes confusing and the past is no fun.

What happens changes, if there's something you haven't done.
Crossroad ahead but you can't think cause they tell you to run.


Try to keep the balance between the kind of choices,
walk the thin line that devides good and evil acts.

Be your own self again and ignore the little voices,
look deep into your eyes and remember the facts.


domingo, 7 de marzo de 2010

miércoles, 3 de marzo de 2010

And then I ask... Is someone listening?


Is it worth it? I ask... Will it work?
Who knows the answers, maybe God?
I Wouldn’t know. Can’t really say.
Time’s up... The Devil’s gotta pay.


Laughing ignorance, we’ll make you mute.
We’ll tell the soldiers: Please, don’t shoot.
To the ambitious King who rules it all:
watch your step, we wanna see you fall.

Freezing fear who chains our utopian dreams,
we can see through you, and all of your schemes.
To the indifferent warden who holds the power,
taste your own medicine, I promise it will be sour.

It is our time, and we have minds of our own,
no matter what, our ideals are up to the bone.
Imprison my body if you may, I’ll find the key,
means the message got through, so I’m already free


Is it worth it? I ask... Will it work?
Who knows the answers, maybe God?
I Wouldn’t know. Can’t really say.
Time’s up... The Devil’s gotta pay.


lunes, 22 de febrero de 2010

sábado, 20 de febrero de 2010

Smiling yet?


I just want to put a smile on your face,
make you forget about the pain you felt in the past.

I just want to take you to a magical place,
so you realize that the love you lost, wasn’t the last.

We tend to missplace our trust,
and put our hopes on the beauty of love.
We see the tears and: forget we must;
just leave our troubles to the man above.

Somewhere between Neverland and Wonderland,
but plus a roller-coaster ride and vertigo rush.
There we can both go, and I hope you understand,
that there’s no way in hell I would let us crush.

I just want to hold your hand beyond time and space,
and listen to your heart when it beats so fast.

I just want to take you away and leave no trace,
no worries, in this place: smile we must.

I can wait till you feel safe or even be with you insane,
and would be your friend and always greet you with a smile.
I could be the one to rest with, and wash and dry your brain;
will be that and so much more, just let me take you for a ride.