lunes, 12 de julio de 2010

Santa Rosa, Vol. 7 - 23/06/010 (Seis semanas)

Las nubes grises y condensadas, como si pesaran, huyen en manada guiadas por el viento a un lugar mejor. Rápido viajan, apuradas. Parecen ya cansadas de Santa Rosa... Al fin.

Alfonsito pregunta si estamos volando: Ojalá, le respondo.

Ahora se tranquilizaron, y más lentamente pasan sobre nuestras cabezas. Deben estar pensando si atacar; o si dejarnos en paz porque ya sufrimos demasiado.

Entonces se hace la noche, y se tornan de un color rosa-violacio. Aún visibles, como un manto volátil que esconde la luna. De repente por su movimiento, se puede vislumbrar la luz que la última emana, aún sin mostrar su forma imperfectamente circular.

Ninguna estrella a la vista, los navegantes nos encontramos viajando a ciegas. Dando vueltas y vagando siempre por el mismo lugar.

Estamos cansados, necesitamos saber a dónde vamos. Necesitamos que ese manto se disperse, para recuperar el mapa de estrellas que nos mostraría el camino. Necesitamos saber hacia dónde ir para llegar a nuestro destino.

Con los ojos entreabiertos y bolsas sutiles bajo ellos, recordamos que siempre que llovió paró. Recuperamos entonces nuestra esperanza, y con la frente en alto nos disponemos a seguir adelante sin darnos por vencido. Sabiendo que las nubes eventualmente se mudarán, y nuestro rumbo se verá alumbrado por el sol. Las estrellas esa noche brillarán, y tranquilos podremos dormir, esperando un nuevo día.

Entonces reiremos, y más fuertes que antes andaremos. Vagando por la vida pero ahora con sentido.
Ahora con fé; ahora con rumbo.

Recordaremos aquél día nublado, y con el semblante reflexivo pensaremos en lo aprendido:

Los obstáculos siempre estarán, los preblemas aún se presentarán. Pero nada es definitivo, y cuando una puerta se cierra, dos (más una ventana) se abren.

1 comentario:

  1. Aparte de coincidir la fecha del escrito con mi cumpleaños este escrito tiene que ser mi favorito.
    Muy lindo escribís, muy bien...ya te lo dije...
    cariños

    ResponderEliminar