El amor de mi vida saca sus llaves de la cartera, con un rápido y rutinario movimiento de muñeca se deja pasar a dónde ambas llegamos a crear un hogar. Caminaba con pasos pesados y ojos de tristeza, la sonrisa que era habitual en su cara, no estaba presente.
Al entrar, en un colchón en el balcón encuentra a su alma afín. Dormida y con un libro encima, con música de Creedence de fondo. Se sienta a su lado y se toma la cabeza con sus manos. En ese momento R, el objeto de su afecto, abrió los ojos y le sonrió.
_ Estoy muy triste, R
Le dijo.
_ Dejame hacerte feliz.
_ Ojalá pudieras
_ Puedo H, dejame. Acostate conmigo.
_ Bueno.
Estaba entonces H acostada a lado de R, quién le hacía caricias en todas las partes que necesitaban una dosis de felicidad.
_ Cerrá los ojos, escuchá la música y seguí mi voz.
H todavía con ojos de tristeza aunque cerrados, ya mostraba el principio de una sonrisa.
_ No pienses en nada más que en mi voz. Borrá el pasado de tu cabeza, y ni pienses en el futuro. Sólo en el presente. Solo “ahora” es lo que importa: éste momento. No importa lo que pasó, sólo importa que todo lo que hiciste te trajo hasta acá ahora, conmigo.
La sonrisa de H estaba cada vez más pronunciada.
_ Estás ahora acá conmigo, escuchando Creedence, en un colchón en el balcón. El día es perfecto, y los últimos rayos del sol de la tarde nos dan la exacta cantidad de luz. No tenés nada de que preocuparte. No tenés ningún problema acá. No tenés ningún miedo, y no estás sola. Nunca vas a estar sola mientras yo viva. Nunca vas a doler mientras yo esté cerca. Sos mi musa, mi amiga y mi amor. Mi propósito es hacerte feliz, y cuando estás triste, crear en tu cara una sonrisa.
La cara de H había cambiado completamente. Estaba feliz y relajada. Tranquila en los brazos de su amante.
_ Ahora sólo relajate, dormí si te da sueño... Cuando abras los ojos, todavía te voy a estar sosteniendo.
me enamore
ResponderEliminarimposible no enamorarse.
ResponderEliminar